jueves, 20 de mayo de 2010

Tus preocupaciones



En mi regazo duermes

mientras me despido

de un Venetto renacido a Baco.


Tus preocupaciones

se me clavan en el costado derecho

con la afilada certeza

de no poder segarlas.

Se paga la respetabilidad

y a veces es demasiado cara.

De caminar lento

sereno movimiento

elegante y comedido

civilizado, callado,

barba entrecana poco cuidada,

veneciano nacido lejos de Venecia.



Demasiado tarde para ambigüedades

tu olor ha penetrado ya en mi ropa.


Cruje tu cabello entre mis dedos,

espigas secas fuera de cosecha.

Amaso tu mar de preocupaciones

para empequeñecerlas

y que al despertar,

sin saber por qué,

puedas acariciarlas

como se acaricia a un cachorro

al que no se teme.


Demasiado tarde para trampas

tu olor ha penetrado ya en mi alma.


Que se queden en recuerdos

los cuadernos de viaje,

los capuccinos que se enfrían

en la estación sobre una mesa.

Escribe al despertar las palabras

bajo las sábanas

deja que allí se pierdan.

Yo amasaré, mientras duermes,

una a una tus preocupaciones.



Demasiado tarde es para nada,

tu olor ha penetrado ya en mi cama.