El insomnio me puso delante esta maravillosa película hace un par de noches (Déjame entrar, Tomas Alfredson, 2008). Película sueca de vampiros nada al uso, y que deja las chorradas crepusculares de acné y bronceado californiano a la altura del betún. Se dice que crear expectativas altas sobre un filme puede hacer sentirse defraudado al aconsejado de turno. En este caso no puedo mentir. Es de lo mejor que he visto últimamente. Sabéis que odio que me destripen las películas (y no pocas veces he abandonado la sala de un cine durante el trailer de alguna que quiero ver), así que he procurado no avanzar nada de la trama en este post. Aún así, tal vez prefiráis verla antes. De lo cual me congratulo. Un último consejo friki...Si podéis verla en versión original subtitulada, mejor que mejor. Gracias MJ por tus consejos.
Eli
Comenzó a deslizar sonoramente su dedo índice por la pared y a dar golpecitos. La respuesta llegó instantánea del otro lado. Se verían en cinco minutos en el helado columpio que había frente a casa.
Decidió ponerse zapatos como una niña normal. Abrió la ventana ilusionada. Podía ver la silueta de Oskar que la aguardaba sentado sobre la nieve . Tal vez fuese él. Tal vez él la dejase entrar sin reproches.
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