domingo, 12 de octubre de 2008

Jörg Haider ist tot


Hoy es sábado. He quedado con Venkat para dar un paseo por la isla del Danubio y tal vez almorzar al abrigo de un sol que sigue siendo piadoso con esta extranjera. No necesito madrugar, pero la fuerza de la costumbre puede más. Levanto un poco la cabeza de la almohada y unos desenfocados números se ajustan por fin en la pantalla del reloj-radio-despertador del señor Grünwald para decirme que son las 8. Enciendo la tele para ver si puedo volver a dormirme. En la pantalla, un joven rubio, elegantemente vestido, camisa blanca y corbata negra, habla en alemán frente a decenas de micrófonos. Está sentado y sostiene un pequeño papel en la mano derecha. Su rostro es muy serio y su voz parece apagarse conforme acaba cada frase, rompiendo a llorar en más de una ocasión. Aparece un mensaje en la pantalla: Jörg Haider ist tot. Mi escaso alemán me permite entender que el lider de la ultraderecha austriaca está muerto.

Doy un salto de la cama y enciendo el ordenador. Mi vecino y su red inalámbrica están en funcionamiento, así que puedo acceder a la información. Efectivamente. Jörg Haider había sufrido un accidente de tráfico y había muerto prácticamente en el acto.

El presidente de Alianza para el futuro de Austria (BZÖ), como se supo después, volvía de una fiesta de su partido en un local de aire cabaretero. Altas horas de la madrugada. El doble de la velocidad permitida. Jörg Haider pierde el control, se estrella y muere.
Este personaje hizo temblar a Europa cuando en el año 2000, apoyado por un amplio sector de votantes austriacos, formó gobierno con el partido conservador. Un político demagogo y populista que aderezaba sus discursos con incendiarios comentarios de corte xenófobo. Ultranacionalista y antieuropeísta hasta la médula, recibió como respuesta la espalda de los gobiernos europeos más importantes, hasta que dicho alianza se dio por finalizada. En los últimos meses estaba muy de actualidad por una campaña para prohibir la construcción de mezquitas en el estado de Carintia, donde tenía una especie de feudo.
En las pasadas elecciones, contra todas las previsiones, alcanzó un gran éxito. Se había separado del FPÖ por diferencias internas y capitaneaba un nuevo partido, el BZÖ, aunque todo hay que decirlo, los programas de ambos eran calcados. Pasó de un 4% a un 11% de los votos. La ultraderecha fue la única fuerza en ascenso, acaparando casi en total unos 30% de los votos. Pero las fuertes diferencias personales entre los líderes de los dos partidos, Haider y Strache, hacían muy difícil imaginar una coalición entre ambos. El gobierno aún está por formar.
¿Qué puede significar la muerte de Haider en el terreno político? Sin duda, ahora se hace más que posible esa coalición de la ultraderecha. Casi todos los entendidos dicen que el obstáculo más grande para ello era esa rivalidad personal entre líderes. Muerto Haider, y con un jóven y nada fuerte sucesor (Stefan Petzner, precisamente quien daba la rueda de prensa entre sollozos y cuya foto ilustra el texto), todo podría acelerarse.



Jörg Haider ha muerto, e irónicamente, la ultraderecha austriaca está ahora un poquito más viva.

(A petición de Bobby).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué crees que la ultraderecha austriaca está ahora un poco más viva, N.? No sé si el repelús me impide pillar la ironía o si debemos preocuparnos. Ilústranos, plisss...
Beso,
M.

Anónimo dijo...

Vale, vale, lo pillo: ha caído uno de los obstáculos a la coalición. Leo "ultraderecha" y "viva" y me atasco, arghh!!!

Bobby dijo...

mimdem, relájate, que la noticia no es tan mala! (humor negro). Es curioso que Carinthia fue uno de los feudos más importantes de los nazis austriacos y de la heimwehr (partido fascista católico) en los primeros 30s, antes de la unificación con Alemania en 1938. Aunque Haider haya muerto, la gente que piensa como él y recibe ese mensaje, estarán dispuestos a que llegue un nuevo. Gracias por el post, aguamala.