lunes, 2 de marzo de 2009

La máquina del tiempo


Mi coche circula por la estrecha y tortuosa carretera nacional que lleva a la costa. Ocho de la mañana, lunes otoñal, y una montaña que se abre ante mí para mostrarme al fondo el Mar Mediterráneo, coronado de unas nubes que parecen querer ocultarlo a mis ojos.

En cinco minutos llegaré al encuentro de mi máquina del tiempo. Enclavada en medio de la sierra, tiene paredes y techo. Huele a humedad y a papel viejo. Arácnidos y polvo son mis compañeros de travesía. Un túnel del tiempo que hace un mes me trasladó hasta el siglo XVI, donde pude curiosear cómo, en unas pocas jornadas, los aldeanos de la zona hacían la vendimia. La semana pasada, acompañé a una familia de campesinos a recolectar esparto en las laderas cercanas durante la luna menguante de agosto de 1862. Hoy es posible que recoja leña para una fogata, y pase la noche con un grupo de maquis que malviven en un invierno de posguerra, entre los pinares de este monte que huele a romero.

Mis fotos son testigos de palabras, palabras construidas por quien no sabía que esta espía del tiempo se adentraría sin pedir permiso, bajo la coartada de la Ciencia, la conciencia y raudales de paciencia. Palabras que mutarán en mi teclado, y nunca volverán a ser las mismas.

Hoy, como cada mañana, me adentraré de nuevo en la máquina, saturada de cuestiones. La primera y más importante, ¿son mis preguntas subjetivas? Sin un ápice de complejo, la respuesta es sí. Honradez, dedicación, y los favores de Clío. Nada más necesito…y nada menos, señores científicos.

Llego a mi destino y José Luis espera para abrirme el viejo archivo. Comienza la jornada de trabajo de esta historiadora, que busca en el pasado lo que no entiende del presente y lo que soñaría con poder cambiar en el futuro.

3 comentarios:

moren dijo...

Que chulo. Deberías presentarlo a algún concurso :-)

Aguamala dijo...

jejeje....muy gracioso, sr. presi

Bobby dijo...

Qué alegría leerte, Aguamala. Rebosas juventud e ilusión... que lujo en estos días. Ah, enhorabuena por el premio.